La ciudad no existe ya, excepto en forma de centro cultural para turistas. Cualquier parador de carretera con su aparato de televisión, periódico y revista es tan cosmopolita como Nueva York o París. El campesino fue siempre un parásito suburbano. El campesino ya no existe; hoy es un ciudadano.Marshall McLuhan, Cinco dedos soberanos impiden la respiración. El aula sin muros. Barcelona: Ed. Laia, 1974, pág. 255.
La metrópoli es hoy un aula; los anuncios son sus profesores. El aula tradicional es un hogar anticuado, un calabozo feudal. La metrópoli está anticuada. Pregúntenselo al
ejército.
La información instantanea de radio y televisión hace que la forma de ciudad carezca de sentido y de función. Las ciudades estaban relacionadas anteriormente con las realidades de la producción y la intercomunicación. Ahora no.
Hasta que se inventó la escritura, vivimos en el espacio acústico, donde viven ahora los esquimales: sin fronteras, sin dirección, sin horizonte, la oscuridad de la mente, el mundo emotivo, la intuición primordial, el terror. La palabra es el mapa social de este oscuro pantano.
El lenguaje estructura el abismo del espacio mental y acústico, ocultando su curso; es la arquitectura cósmica, invisible, de la oscuridad humana. Habla para que te vea. La estructura dirigió un rayo de luz a los altos picos del lenguaje; la escritura era la visualización del espacio acústico. Iluminó la oscuridad.
De vuelta...???
Hoy puede ser un gran día para volver... un gran día para empezar, un gran
día para continuar, para seguir...para cambiar...
No sé dónde me he metido todo ...