Estrategia bajo la lluvia
Un día, haciendo una ruta por el Pirineo con la mochila a cuestas, se puso a llover. Una de esas tormentas de verano que suelen caer al atardecer. No llevaba chubasquero, ni nada impermeable. La ropa que llevaba puesta era la única ropa que tenía. Dentro de la mochila solo llevaba una toalla y un bañador. Lo tenía claro, sin ningún lugar donde ponerme a cubierto, iba a quedar empapado. Así que tomé una determinación. En cuanto cayeron las primeras gotas empecé a quitarme la ropa, la metí a salvo dentro de la mochila y me puse el bañador. Tras la tormenta acabé empapado, pero aun disponía de una toalla para secarme y de la ropa bien seca.
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