Alguien dijo una vez...
"... es el filósofo el aventurero del espíritu. Emprende la tentativa carente de perspectivas, aunque no por ello de sentido, de conformar conocimiento conceptual a partir de la conducta vital del alma, de su disposición hacia sí misma, hacia el mundo, hacia Dios. Trata lo insoluble como si fuese susceptible de resolución."
Georg Simmel, Sobre la aventura. Ensayos filosóficos. Barcelona: Edicions 62 sa, 1988 (p.o. 1911), pág. 17.
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