Historias de la puta mili

Hoy, en el bar que suelo frecuentar, hablaban de la mili. Mil y una anécdotas. Hoy, como todos sabéis, ya no existe la mili (obligatoria). Poco a poco, cada vez quedan menos personas que hayan tenido una formación castrense. Aquello de la mili era cosa de hombres, se decía. Expresiones como "te harás un hombre, chaval" anunciaban, y apuntaban al Servicio Militar Obligatorio, como diría un antropólogo, a un rito iniciático en el que los niños dejaban de ser niños para ser hombres. Yo tuve que pasar por ese "trámite", una de las canciones que recuerdo de cuando estuve en la mili fue esta de El Último de la Fila, Querida Milagros:

Punto de reciclaje

Tal vez habría que reciclar el punto, porque, reciclar, os aseguro que no se recicla nada aquí.

El futuro

Lo vemos venir. Lo vemos venir, y no hacemos nada. No somos capaces de ver más allá de nosotros mismos.

Así es la vida

“¿Conocen este chiste? Dos señoras de edad están en un hotel de alta montaña, y una dice:

- Vaya, aquí la comida es realmente terrible.

Y contesta la otra:

- Si, y además las raciones son tan pequeñas.

Pues básicamente así es como me parece la vida: llena de soledad, miseria, sufrimiento, tristeza, y sin embargo se acaba demasiado deprisa.”

De la película Annie Hall.

Annabel Lee

El poema*

Hace muchos, muchos años,
en un reino junto al mar,
que allí vivía una doncella a quien debes conocer
por el nombre de Annabel Lee;
y esta doncella vivía sin otro pensamiento
que amar y ser amada por mí.

Ella era una niña y yo era un niño,
en un reino junto al mar,
pero nos amábamos con un amor que era más que amor,
yo y mi Annabel Lee,
con un amor que los serafines alados del Cielo
nos envidiaban a ella y a mí.

Y esta fue la razón por la cual, hace mucho,
en un reino junto al mar,
un viento apagado de una nube por la noche
heló a mi Annabel Lee;
por eso sus nobles parientes vinieron
y la apartaron de mi,
para cerrarla en un sepulcro
en este reino junto al mar.

Los ángeles, ni la mitad de felices en el Cielo,
nos envidiaban a ella y a mí;
¡si! esa fue la razón (como todos los hombres saben,
en este reino junto al mar)
por la cual el viento salió de una nube, helando
y matando a mi Annabel Lee.

Pero nuestro amor era mucho más fuerte que el amor
de aquellos que eran más viejos que nosotros,
de muchos más sabios que nosotros,
y ni siquiera los ángeles en lo alto del Cielo
ni los demonios bajo el mar,
podrán jamás separar mi alma del alma
de la preciosa Annabel Lee:

La luna nunca brilla sin traerme sueños
de la preciosa Annabel Lee;
y las estrellas nunca salen a no ser que vea los vivos ojos
de la preciosa Annabel Lee;
y así, toda la noche, me tumbo al lado
de mi querida -mi querida- mi vida y mi novia
en su sepulcro allí junto al mar,
en su tumba junto a la orilla del mar.

Edgar Allan Poe

*Traducción propia

¿De qué te escandalizas?

Hace algún tiempo vi un anuncio en uno de esos programas de anuncios de otros países. No logro recordar el país ni el anunciante. Me hubiese gustado poder colgarlo, lo busqué por la red pero no lo encontré. Así que les contaré que narraba.

La cámara mostraba a una chica desnuda rebuscando en la basura en una calle céntrica de una ciudad. La gente que pasaba por allí la miraba, se paraba, hacía comentarios con sus acompañantes. Mientras, la chica desnuda seguía rebuscando, indiferente, ajena a las miradas de los transeúntes. A continuación un subtítulo preguntaba al espectador algo así: ¿De qué te escandalizas?

Ahí finalizaba el anuncio. Evidentemente, lo que nos llama la atención es la desnudez física de la mujer, algo que percibimos como una trasgresión, o peor aún, como una agresión, algo que nos hace sentir incómodos, cuando no hay nada más natural que el cuerpo de una persona, algo de lo que no deberíamos avergonzarnos. Sin embargo, algo mucho más vergonzante para nuestra condición humana pasa desapercibida ante nuestros ojos, como es la pobreza, y mucho más vergonzante cuando se produce en medio de la más abundante riqueza, en una gran ciudad. Tal vez sea por lo poco habitual de ver un desnudo en plena vía pública y por lo demasiado habitual de ver a una persona rebuscar en la basura. La cuestión es que ninguno de nosotros se escandaliza por la pobreza a no ser que, como habría dicho el sociólogo Georg Simmel, sea algo demasiado próximo. Entonces lo que conviene es apartarla de nuestra vista. Tal vez deberíamos de reflexionar sobre la sociedad en la que vivimos cuando las personas que la formamos nos encontramos inmunizados ante estas circunstancias. Algunas personas piensan que es indigno rebuscar en la basura, lo encuentran algo despreciable. Lo que es sin duda despreciable es que en una sociedad avanzada, con un PIB tan elevado, haya personas que tengan que vivir de los desechos de los demás. ¿Cuántos de nosotros no miramos a los ojos a esa persona que en el vagón de metro nos pide una limosna para continuar vivo? ¿De qué nos avergonzamos? ¿Es vergüenza ajena? ¿O debería ser vergüenza de nosotros mismos como sociedad y como personas?

Crucigrama

Horizontales: 1. Una manera muy romántica de volar en cuatro palabras. 2. Menudo golpe, o en pocas palabras con yeso. Si es acompañado de una muda, en este puerto extremeño se cometió una matanza, pero si se vuelve femenina es capaz de salir volando. Valle glaciar. 3. Más allá no hay nada. Malos aires que os recuerdan el pasado. Para tener memoria hace falta beber leche. 4. Se apagará en contra de la costumbre. Perverso de mala intención y dañadas costumbres. 5. Sus orígenes están dentro. No queda más opción que intentar escoger. 6. En la disyuntiva no admito un no por respuesta (varias palabras). Que pruebe el árabe los manjares. Vio nacer a Abraham. 7. Telediario. Si el líder vasco te gira la cara es que se esconde. Las tres primeras del primero de la lista. No es este ni aquel. 8. Hemos encontrado la mitad del rastro. Se burla con ironía mordaz. 9. Así de feos y alocados visten esos. En el centro del aro. Un loco sin ojos. 10. Díganme un infinitivo que no acabe en esta letra. Ubirt al ed amla le se. Posarse en el agua. 11. Uno se lleva la fama mientras este trae el agua. Quería ser primera, y si bien se mira, lo consiguió dos veces. 12. Planta de la familia de las polipodiáceas. La mata alocadamente el muy virrey. 13. Se admiten como animales de compañía. No es una Americanada. Media taza de té. 14. Rey de Ítaca y padre de Odiseo. En Inglaterra por tener tienen hasta una cámara.

Verticales: 1. Hay que hacerlo antes si arrematas bien la faena. En la oposición y en oposición. 2. Si no se acaba no será por falta de tiempo. El alma negra. 3. Si está claro no creo que lo confundas. Sin depositarla difícilmente se puede venir de París. 4. Todo fue cuestión de suerte. Ya ha habido cinco en España y van camino de ser seis. 5. Determina a una conocida. Pasa de mano en mano cuesta arriba. Equis. 6. Pone límites a la antipatía. En las mamas tiene más de una. La bella del norte. El interior de la costa. 7. Donde hay que ir para hacer bien el amor. Según Sartre, la negación de la negación del hombre negro. En el aire y en la tierra. 8. Con este tinte no se puede teñir ninguna prenda. Los pájaros catalanes los usan como hogar. 9. Me falta subiendo la cuesta. Abundante en el catamarán. Adosas alocadamente para hacerlos a fuego lento. 10. La jaula de estas fieras no se encuentra en ningún zoológico (más de una palabra). Dos que se encuentran en el meollo. Limita el arenal para que no se expanda. 11. Antes de atarla hay que hacerle caso. Inicialmente pertenecen a Dolores Plaza. Toda cara se vuelve rara cuando es víctima de un abuso. 12. Los que van a morir en la antigua Roma. Todo necio / confunde valor y precio. 13. Lo más redondo del cuadrado. Lo que hizo el general para dejarlo como dijo que lo dejó. Todo el campo. Empieza empate a cero. 14. De boca en boca va creciendo. Solo sabe que no sabe nada.

crucigrama. (Del lat. crux, crucis, cruz, y -grama). m. Pasatiempo que consiste en llenar los huecos de un dibujo con letras, de manera que, leídas estas en sentido horizontal y vertical, formen determinadas palabras cuyo significado se sugiere. 2. Este mismo dibujo.

La corrosión del carácter

En el libro de Richard Sennett sobre las consecuencias personales del trabajo en el nuevo capitalismo (subtítulo del libro), la vida de las personas va a la deriva, sin ningún control, sin posibilidad de hacer nada a largo plazo; tanto en el trabajo como en la vida personal. La rutina se presenta como uno de los grandes males del capitalismo industrial. Produce aburrimiento y degrada al trabajador. Pero la lucha contra la rutina lo único que ha producido es una desestabilidad laboral para el trabajador. La flexibilidad es una reestructuración del tiempo. El horario flexible. Es falsa la libertad que parece ofrecer la flexibilidad. Engendra desorden, pero no libera de las restricciones. La flexibilidad como solución a la rutina solo crea inseguridad. La aplicación de la tecnología hace ilegible el trabajo que se realiza. Falta de apego y confusión en cuanto a la posición que se ocupa en la sociedad. La facilidad que aporta la tecnología crea una indiferencia en el trabajador hacia su trabajo. El riesgo se vuelve algo normal y corriente que causa desorientación y depresión. No asumir el riesgo es no moverse, y esto es sinónimo de fracaso. Sin embargo, es la misma estructura caótica de las organizaciones la que empuja a moverse. Y ya no se valora la experiencia. La ética del trabajo se basa en el trabajo en equipo. El trabajo en equipo es la práctica en grupo de la superficialidad degradante. La figura de autoridad desaparece, y con ella la responsabilidad, que se translada al equipo de trabajo en su conjunto. Es el mismo grupo el que se autopresiona. La idea de fracaso se vincula con la pasividad, deberían de haberse arriesgado más. Búsqueda de una explicación narrada del fracaso, que acaba tendiendo a la individualización del mismo. El nosotros se convierte en un pronombre peligroso, se refuerza el valor del lugar y el deseo de comunidad. Usamos ese nosotros como referencia contra el mundo exterior. Se genera una falta de confianza en los otros. Sin embargo, las relaciones no perduran en el tiempo como para contener estable ese nosotros. Ese vínculo social se genera y se basa en la sensación de dependencia mutua. Y, sin embargo, el nuevo orden considera la dependencia como una condición vergonzosa.