¿De qué te escandalizas?
Hace algún tiempo vi un anuncio en uno de esos programas de anuncios de otros países. No logro recordar el país ni el anunciante. Me hubiese gustado poder colgarlo, lo busqué por la red pero no lo encontré. Así que les contaré que narraba.
La cámara mostraba a una chica desnuda rebuscando en la basura en una calle céntrica de una ciudad. La gente que pasaba por allí la miraba, se paraba, hacía comentarios con sus acompañantes. Mientras, la chica desnuda seguía rebuscando, indiferente, ajena a las miradas de los transeúntes. A continuación un subtítulo preguntaba al espectador algo así: ¿De qué te escandalizas?
Ahí finalizaba el anuncio. Evidentemente, lo que nos llama la atención es la desnudez física de la mujer, algo que percibimos como una trasgresión, o peor aún, como una agresión, algo que nos hace sentir incómodos, cuando no hay nada más natural que el cuerpo de una persona, algo de lo que no deberíamos avergonzarnos. Sin embargo, algo mucho más vergonzante para nuestra condición humana pasa desapercibida ante nuestros ojos, como es la pobreza, y mucho más vergonzante cuando se produce en medio de la más abundante riqueza, en una gran ciudad. Tal vez sea por lo poco habitual de ver un desnudo en plena vía pública y por lo demasiado habitual de ver a una persona rebuscar en la basura. La cuestión es que ninguno de nosotros se escandaliza por la pobreza a no ser que, como habría dicho el sociólogo Georg Simmel, sea algo demasiado próximo. Entonces lo que conviene es apartarla de nuestra vista. Tal vez deberíamos de reflexionar sobre la sociedad en la que vivimos cuando las personas que la formamos nos encontramos inmunizados ante estas circunstancias. Algunas personas piensan que es indigno rebuscar en la basura, lo encuentran algo despreciable. Lo que es sin duda despreciable es que en una sociedad avanzada, con un PIB tan elevado, haya personas que tengan que vivir de los desechos de los demás. ¿Cuántos de nosotros no miramos a los ojos a esa persona que en el vagón de metro nos pide una limosna para continuar vivo? ¿De qué nos avergonzamos? ¿Es vergüenza ajena? ¿O debería ser vergüenza de nosotros mismos como sociedad y como personas?
La cámara mostraba a una chica desnuda rebuscando en la basura en una calle céntrica de una ciudad. La gente que pasaba por allí la miraba, se paraba, hacía comentarios con sus acompañantes. Mientras, la chica desnuda seguía rebuscando, indiferente, ajena a las miradas de los transeúntes. A continuación un subtítulo preguntaba al espectador algo así: ¿De qué te escandalizas?
Ahí finalizaba el anuncio. Evidentemente, lo que nos llama la atención es la desnudez física de la mujer, algo que percibimos como una trasgresión, o peor aún, como una agresión, algo que nos hace sentir incómodos, cuando no hay nada más natural que el cuerpo de una persona, algo de lo que no deberíamos avergonzarnos. Sin embargo, algo mucho más vergonzante para nuestra condición humana pasa desapercibida ante nuestros ojos, como es la pobreza, y mucho más vergonzante cuando se produce en medio de la más abundante riqueza, en una gran ciudad. Tal vez sea por lo poco habitual de ver un desnudo en plena vía pública y por lo demasiado habitual de ver a una persona rebuscar en la basura. La cuestión es que ninguno de nosotros se escandaliza por la pobreza a no ser que, como habría dicho el sociólogo Georg Simmel, sea algo demasiado próximo. Entonces lo que conviene es apartarla de nuestra vista. Tal vez deberíamos de reflexionar sobre la sociedad en la que vivimos cuando las personas que la formamos nos encontramos inmunizados ante estas circunstancias. Algunas personas piensan que es indigno rebuscar en la basura, lo encuentran algo despreciable. Lo que es sin duda despreciable es que en una sociedad avanzada, con un PIB tan elevado, haya personas que tengan que vivir de los desechos de los demás. ¿Cuántos de nosotros no miramos a los ojos a esa persona que en el vagón de metro nos pide una limosna para continuar vivo? ¿De qué nos avergonzamos? ¿Es vergüenza ajena? ¿O debería ser vergüenza de nosotros mismos como sociedad y como personas?
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