La vida en los anuncios
Imagínense que un marciano antropólogo dentro de miles de años encuentra como únicos documentos para analizar la humanidad los anuncios de la publicidad. ¿Qué sociedad describiría? Una sociedad sexista, donde la mujer cumple básicamente dos roles: como objeto de deseo y como ama de casa. Una sociedad donde predomina la belleza y la juventud. Una sociedad repleta de objetos destinados a satisfacer todas nuestras necesidades habidas y por haber, incluso nuestro ego. Una sociedad donde todo son facilidades. Una sociedad sin sufrimiento, sin guerras, sin hambre. ¡Qué idílica es la vida en los anuncios!
La vida en los anuncios suele estar libre de grandes preocupaciones, y las que aparecen las solucionan los mismos productos que en ellas se anuncian. A veces con soluciones que están más allá de la función propia del producto. Bienestar, confort, estatus, prestigio... Podemos discutir si la publicidad es un reflejo de la sociedad o si influye en ella con sus modelos. Pero sea como fuere, para bien o para mal, los anuncios forman parte de nuestras vidas.
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